¿Vale la pena comprar plata?

El aumento de la inflación ha obligado a los bancos centrales de todo el mundo a endurecer la política monetaria. Eso no augura nada bueno para clases de activos como acciones y bonos. Por ejemplo, el índice S&P 500 ha caído un 19% desde principios de año, y la rentabilidad nominal de los «tesoreros» estadounidenses a 10 años oscila en torno al 3%.

Desde principios de año, el oro ha bajado un 5% en su precio debido al aumento de las tasas de interés. Sin embargo, la inestabilidad macroeconómica y geopolítica mantiene las cotizaciones del oro en un nivel bastante alto.

Los inversores esperaban resultados similares de la plata, que se considera una alternativa más barata al oro. Sin embargo, en el mercado internacional los precios del metal gris han bajado un 17% desde principios de año. El grave atraso en el tipo de cambio de la plata respecto al oro refleja el impacto de la demanda industrial en las cotizaciones del metal gris. La alta probabilidad de que el crecimiento económico disminuya ha reducido la demanda industrial de cobre y plata. Desde enero de 2000, la rentabilidad absoluta de la plata ha sido del 268% y la del oro del 521%. Curiosamente, el cobre, uno de los principales metales industriales, tuvo una tasa de 311%. La rentabilidad de la plata estuvo más cerca de la del cobre, lo que destaca el funcionamiento de este dragmetall como materia prima industrial. Al mismo tiempo, el atraso de la plata respecto al oro y el cobre hace que no sea muy interesante para los inversores. Sin embargo, la mejora de la economía en el futuro dará lugar a un aumento sin precedentes de la demanda de plata, ya que este dragmetall es importante para las industrias de la «economía verde». En consecuencia, las cotizaciones de plata también crecerán.